El Amazonas es un río
inmenso. El más caudaloso del mundo, que recorre un continente entero –América
del Sur–, desde la cordillera de los Andes hasta su desembocadura en el océano
Atlántico. Cientos de afluentes, miles de kilómetros de ribera. Es normal que
algún misterio se le escape a la ciencia en un territorio tan vasto.
El Amazonas esconde secretos inimaginables, que alimenta las más oscuras y terroríficas leyendas |
Sobre todo si se tiene en
cuenta el carácter opaco de sus aguas. Turbias, de color chocolate, donde es
imposible ver nada que desplace, sumergido, debajo del agua. Aunque esté a pocos centímetros y a punto de atacar. De día, pero sobre todo
de noche, el Amazonas es un lugar inhóspito, lleno de peligros.
En algunas localidades ribereñas de Brasil,
por la zona de Minas Gerais, han sido registrados ataques extraños, de difícil
catalogación, que los lugareños atribuyen a monstruos legendarios. Hablan de
seres anfibios, capaces de atacar en tierra y llevarse su presa -o huir, si no ha podido hacerse con ella-, hacia
lo más profundo del río. Existen, incluso, testigos que muestran las señales en su cuerpo de furibundos ataques. Según sus tradiciones se trataría de seres peludos, que caminan a dos patas, y que
no se dejar ver, ni oír, hasta que prácticamente están encima de sus presas.
¿Podrían ser las anacondas las protagonistas de los relatos de quienes viven en las orillas del río? |
Para los científicos
–biólogos, zoólogos y demás–, podría tratarse "simplemente" de anacondas. Las
anacondas pueden llegar a medir hasta veinte metros. Pueden devorar un carnero,
una vaca, e incluso a un hombre. También se habla de nutrias gigantes del
Amazonas, mayores que sus parientes europeas, en teoría pacíficas, pero que no
dudarían en atacar a un pescador, a un agricultor o a lo que fuera, si sintieran hambre, o consideraran amenazado su territorio. Podría ser, en
realidad, cualquier cosa. El río –el inmenso río–, es hábitat de todo tipo de
depredadores temibles – como el yacaré negro, el pez tigre, la piraña–, sin
olvidar al tiburón -sí, el tiburón- el rey de la jungla de agua salada, cuya presencia también ha sido registrada en
agua dulce, a miles de kilómetros de la costa.
Sea cual sea el carácter
del monstruo –o monstruos–, haya sido o no catalogado por la comunidad
científica, el caso es que no parece que las maravillas de la selva, la
profunda selva Amazónica, esté dispuesta a dejar de asombrar, atemorizar, y
hacer soñar a los buscadores de aventuras.
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ResponderEliminarEstá muy excelente la información de los monstruos del Amazonas, totalmente cierto y se debe continico publicando para que nuestros lectores conozcan lo existente en nuestro río mar.
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